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Comunicación Social

Publicidad y Consumo

Clarissa Altamirano

En la llamada nueva sociedad de consumo se ha multiplicado la cantidad y la complejidad de estilos de vida, y el horizonte de aspiraciones de gran parte de los colectivos integrados y excluidos de la producción mundial.
Esta era nos dice que todos estamos socializados, estamos y tenemos mucha relación con la publicidad, por ella hemos llega a ser solo personas que muchas veces llegamos a consumir no por necesidad sino también por el lujo, la satisfacción de tener algo ese algo que la publicidad misma se encarga de vendernos, haciendo uso de la persuasión, de la satisfacción que nos da ese producto y de nosotros mismos como y somos personas hedonistas de queremos y vernos siempre bien. La publicidad nos hace ser persona consumistas. Los nuevos valores de la comunicación organizacional.
La moral Hedonista
El puritanismo base moral del capitalismo, ha dado paso a la moral Hedonista, que busca un estilo de vida propio a través de los objetos, no solo la publicidad, la moda, los medios de educación en general, promocionan la nueva moral Hedonista, el tiempo libre, el tiempo de disfrute es el auténtico motor de la sociedad, esta moral somete al orden económico y político, ya que el consumo del placer son el motor de la economía, ahora las personas se les moviliza como consumidoras sus necesidades se hacen tan esenciales como su fuerza de trabajo.
La era del consumo
Se empieza a conformar un nuevo tipo de socialización y por tanto de sociedad
Es la inversión de la organización dominante al descrédito de las estructuras centralizadas, el predominio de lo individual sobre lo universal de la diversidad sobre la homogeneidad, de lo permisivo sobre lo coercitivo.
Nuevos tipos de consumo, un ritmo cada vez más rápidos de cambio en las modas y los estilos, la penetración de la publicidad, la televisión y los demás medios de comunicación de masa.
El consumo simbólico
El consumo y las riquezas no responde al ideal de una realización personal, de una lucha por el progreso individual o social, tiene un significado psicológico: suscitar la admiración o la envidia.
Lo que se consumen son significados y este consumo no tiene límites, el sistema de valores de la sociedad es sentirse individuo frente a la masificación que es lo que alimenta el consumo.
El consumo simbólico no tiene límites; por tanto lo que te dice en los anuncios o publicidad es
“ser vos mismo, cómprame”, la publicidad es el anuncio permanente de la posibilidad de comprar, y por tanto socializa tanto como individualiza, la publicidad es la forma moderna del soñar despierto, el sueño electrónico y como los sueños reales es una práctica subjetiva e individual.
La publicidad es parte de un plano imaginario, mientras que el consumo es del plano real, la lógica de la eficacia de la comunicación publicitaria es la de la fábula, no se cree en lo que se dice, pero se obra como si se creyese. El consumo nos somete a un proceso de igualación todos somos iguales ante el objetivo, el papel de la publicidad es por tanto personalizar, la solicitación que la publicidad ejerce sobre el individuo son múltiples.
La moral Hedonista en la publicidad
No es el que surge del movimiento de satisfacción de las necesidades sino del reposo que se alcanza recogiéndose en la propia interioridad. La publicidad nos da a pauta para ser personas hedonistas, buscando siempre nuestra “satisfacción”
La fascinación publicitaria
Nosotros siempre nos fascinamos por lo que muchos mensajes nos dicen pues estos son seductores, nos hacen comprar, nos envuelven hasta el punto de recordar muchas veces estos mensajes y siempre estamos sometidos al encanto del discurso publicitario el hecho es que su influencia se refleja no solo en las ventas de los productos y servicios sino en la popularidad de ciertos mensajes y de ciertos personajes que aparecen en ellos.
El brillo y el lujo que refleja la publicidad encajan muy bien con el éxito de telefilmes de millonarios americanos, mujeres esplendidas y efímeros amores.
El mensaje seductor
El mensaje publicitario es un mensaje seductor porque nos persuade con halagos y engaños y nos cautiva el ánimo con algún atractivo físico o moral.
Todo se presenta bajo la máscara seductora, bajo el maquillaje de las buenas maneras y las bellas (y vacías) palabras. La seducción es el motivo envoltorio en que se presenta la solicitación a que está sometido el ciudadano.
Nuestra sociedad es una sociedad de alineación no porque reduzca la gente a la miseria o imponga coerciones políticas, sino porque seduce, manipula o integra.
La búsqueda del sin sentido apariencia y realidad
La seducción aparta al objeto de su realidad Uso, la pérdida de la referencialidad en el discurso publicitario, que con frecuencia se reduce a la mostración del producto.
La pérdida de significados de profundidad se realiza en beneficio del encanto, la superficie esto nos lleva directamente al encuentro de los mensajes sin sentido, esto es realidad pues hay muchos mensajes publicitarios que solo son un juego de palabras.
También la repetición, una de las armas más antiguas de la publicidad, produce pérdidas de sentido; los eslóganes se repiten hasta que las fases se desgastan y los gestos agotan su sentido para liberar la seducción pura.
Apariencia y realidad
El juego de la seducción es indudablemente un juego de apariencia, es más vivimos en una sociedad de apariencia, la mayor preocupación de las personas no es ser rico sino aparentar que se es; la sociedad de consumo pone al alcance con los objetos, productos y con su accesibilidad, la posibilidad para aparentar que se es rico y joven.
Es confortante y comunicativo manifiesta exuberante elogios desmedidos.
Los políticos deben ser seductores auténticos aunque sea artificiosamente.
El exceso de realidades decir de información, no conviene a la seducción publicitaria, discurso publicitario siempre oculta más de lo que dice, los defectos, limitaciones, precio, las relaciones de compra venta .
El embrujo esta hecho a partir de lo que está oculto, es decir de lo no dicho, el eslogan es siempre un a formula que tiende a cerrar toda posible comunicación impide la reflexión y si está bien construido dejara al receptor sin otra opción que el silencio o la repetición.
El código humorístico
Es la búsqueda del placer a través del humor Light, la seducción, la pérdida del sentido tiene una estrecha relación con el código humorístico el todos los órdenes de la vida actual; el sentido del humor es parte necesaria de la persona seductora, del mensaje seductor.
La publicidad es el mejor sitio donde se contempla este proceso, el humor publicitario evacua la negatividad es decir la publicidad con sus mensajes a impuesto el humor rosa frente al humor negro de otras épocas. El humor es cómplice, al contrario que la ironía, nos reímos con esa persona (que a su vez se ríe de si misma) no de ella.
La sociedad consume relajadamente la lluvia de mensajes alegres, felices, las caras sonrientes, satisfecha de los anuncios: mensajes fácilmente digeribles.
Código fantástico
La publicidad abre una ventana hacia la imaginación, con frecuencia la invitación de dejarse seducir por las fantasías es directa, el producto se instituye al objeto deseado que resolverá nuestras angustias y que es donado por las nuevas hadas.
El género fantástico es en sentido estricto ruptura con la racionalidad que produce asombro y sorpresa y hay finalmente ciencia ficción es decir convivencia con el futuro tecnológico que toma la forma del presente en estos casos lo imaginativo responde a una lógica , la de la esfera de lo tecno y científico.
Mensaje Narcisista
La situación material son los temas de preocupación el individuo, como el interés por las cuestiones políticas, económicas, filosóficas, el culto al cuerpo etc. Con el fin del capitalismo autoritario se da paso a un capitalismo hedonista, se extiende un individualismo puro, desprovisto de valores sociales o morales, sin preocupación por las tradiciones, las relaciones con los otros están subordinadas ahora con uno mismo.
La cultura del cuerpo; es más que todo ver uno mismo siempre joven, es ver la ficción que el tiempo no pasa, la publicidad no pasa desapercibida con los productos de belleza pues estos te venden producto cuyo mensaje acude en ayuda a nuestra juventud, el mundo del consumo se presenta como la fuente de la eterna juventud, en este caso lo primero que hay que seducir es a uno mismo, es la seducción narcisista que la publicidad también alimenta. La salud es otro síntoma de la juventud y como tal buen argumento para la publicidad. El culto al cuerpo es la idolatría de este fin de siglo, por eso la publicidad está repleta de imágenes de cupos bien formados.
El narcisismo psicológico
Este nos libera de nuestros complejos adquiriendo seguridad de nosotros mismos y obviando todo lo traumático. La publicidad se hace cargo del fenómeno de la conducta.
Muchos mensajes publicitario parecen cuidarse de nuestro estado de ánimo pues nos ofrecen algo en que confiar, seguridad, confianza y al vez nos halagan la vanidad la publicidad también se encarga de confirmar al receptor que ha hecho una compra inteligente, el narcisismo es un nuevo instrumento de socialización que lleva a la creación de una sociedad de individuos autosuficientes, pendientes de sí mismo, la publicidad adopta formas de seducción, habla más de nosotros que del producto.
La estética de la persuasión
Hay una nueva lógica artística basadas en rupturas y discontinuidades, en el culto a la novedad como valor en sí mismo y en la consiguiente negación de la tradición.
La publicidad tiene que está en una constante renovación tanto de argumentos como presentaciones, los publicistas tienen que ser creativos y estar atentos a toda tecnología que puedan adoptar, lo nuevo es también un fetiche de la era del consumo.
El arte moderno ha sido el reflejo del modelo revolucionario y de los ideales de la ilustración en la esfera artística.
La publicidad no puede renunciar a la búsqueda de la innovación porque significaría su extinción como mensaje eficaz.


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